Entro a la habitación…
Te veo resplandecer por el
halo de luz que penetra por la ventana,
La sombra reflejada, asoma
esas suaves y delicadas curvas de tu cuerpo,
Me incitan a devorarte.
Me acerco a ti…
Mis manos recorren tu cuerpo,
estremeciéndome de emoción.
Mis dedos se deslizan por tu
cuello…
Y tu voz aparece
delicadamente entre aguda y grave.
Te tomo contra mi cuerpo…
Mis manos montan su posición
para hacerte explotar.
Cada uno de mis movimientos hace
que tu voz sea…
Un delicado grito agudo y melódico…
O un rugido de rabia y
terror…
Modificando el ambiente a tu
disposición de tu voz,
Tomas de rehén mis sentidos…
Mis sentimientos…
Lloras o ríes… gritas o
ruges… cantas o susurras…
Todos te desean y otros te
admiran…
Pocos privilegiados en
tocarte y estremecen de pasión…
Muchos dichosos de poseerte.
Somos uno solo,
Mientras te presiono en mi
cuerpo…
Y cada vez… que mis dedos se
deslizan por ti…
Me pierdo en tu cuerpo y tu
forma de hablar
Por que tu voz dice “no vivo
sin ti”
Tu voz tan sensual…
Me pierdo y entro en otro
mundo,
Ese mundo donde solo existes
tú y yo
El mundo donde el sonido… es
nuestro confidente.
0 comentarios:
Publicar un comentario