Deja
que canten las venas, las notas lentas de esta canción, respira su voz grave. Dejemos
los platos a medio acabar por otros apetitos urgentes.
Los
tirantes de encaje caen solos, para juntarse en el suelo con tu camisa. La
falda es un charco de tela en la que se bañan tus pantalones. Prendas
interiores que llueven despacio por los muslos temblorosos.
Las
manos se adelantan ávidas a los besos que recuerdan líneas y curvas dibujadas
en saliva, sudor y sabor. Recordar lo conocido para no olvidarlo.
Tumbarnos
sobre el césped de seda arañarnos y mordernos la pasión. Bailar encadenados,
entrelazando alientos, mezclando nuestras miradas, gemidos que no se
avergüenzan de ser oídos.
Furia
animal que me golpea hasta el corazón. Hasta que me inunda esa ola cálida por
dentro, el aire se agolpa en la garganta y todo se vuelve blanco.
"Quiero todavía coger los suaves pétalos tan bellamente dibujados en tu cara, voy a susurrar... "bésame"... cuando depositas tus labios en mi boca, capturo cada sabor, disfruto de los dulzura de tu lengua, bebo de ti, abandonando mis gemidos en el incendio de ese beso..."
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